Tras la salida en última instancia de Melero la plantilla del Levante se quedó confeccionada con 5 jugadores para el centro del campo para lo que en principio se predisponían que serían 3 huecos en el 5-3-2 que quiso plantear Nafti.
Los principales nombres que se intuían como protagonistas eran los de Iborra, Pepelu y Campaña. Joni tuvo su momento abogado a la banda, pero al final volvió a la fase creadora del juego. El último de la fila era Pablo Martínez, jugador al que muy pocos se podrían aventurar a que se le endosaría un papel importante durante la temporada debido el gran peso de sus rivales, las dudas en su juego poco sobresaliente e incluso la opción de que saliera del equipo.
Las circunstancias de un mal inicio
Al Levante le han fallado muchos aspectos tácticos en todas las posiciones que su antiguo entrenador no ha sido capaz de solucionar. Entre ellos ha estado la incapacidad para encontrar una estabilidad en el centro del campo, problema agravado ante la lesión de Campaña que empieza a ser de larga duración y con un final que jornada a jornada parece no llegar.
La dupla Pepelu e Iborra parece no carburar, al menos sin la presencia de Campaña de por medio. Son 2 jugadores con contundencia y seguridad aunque sin el desborde de Campaña. Además los entrenadores parecen estar empeñados en que Joni Montiel juegue alejado de la portería, resignado a las tareas de creación y defensa que le restan facultades.
El AS inesperado bajo la manga
Durante la debacle en la jornada 9 que supuso la derrota ante el Racing de Santander sorprendió que Mehdi Nafti apostara por la entrada de Pablo Martínez a modo de revulsivo por delante de Cantero, Musonda o jugadores con más desborde.
En los 22 minutos de los que dispuso el madrileño fue de los mejores del Levante. Cierto es que el nivel no estuvo muy alto. Junto a Wesley se forjó una ocasión clara para empatar el partido cuando el Levante hacía tiempo que no miraba la portería del Racing. Realizó 12 pases buenos, 11 en campo contrario y solo perdió un balón. Seguro, sobrio y descarado en ataque.
Ante el Mirandés su participación subió hasta los 49 pases de los que acertó 45, solo 3 menos que Pepelu. Además, a diferencia del capitán, de sus botas salieron las 2 ocasiones de gol del Levante de la 1ª parte. Además recuperó 6 balones, 4 de ellos al borde del área.
Pepelu y Pablo Martínez consiguieron algo que la conexión que Iborra y Pepelu todavía no han encontrado. La facilidad con la que Pepelu desahoga la salida del equipo concuerda con el estilo de Pablo, su capacidad para estar desmarcado y ser una opción cercana y sin riesgo para que Pepelu cumpla con su función a la hora de encontrar un pase de tranquilidad que rompa la presión rival.
Luego Pablo tiene una capacidad creativa para encontrar un nuevo receptor en 3/4 de campo rival con un pase, al contrario que Iborra. Una cualidad que también le permite ser un eslabón de oro para Joni quien sufre mucho a la hora de subir el balón desde campo propio. Sin embargo teniendo a Pablo haciendo esa función, Joni recibe la pelota cerca del área, donde son más necesarios los disparos y el desequilibrio que él tiene, además sin la necesidad de reprimir sus esfuerzos para conservarlos en caso de tener que retroceder a defender porque ya están Pepelu y Pablo pendientes.
En defensa no tiene el peso de Iborra. No impone la misma presencia aérea y tampoco tiene el cuerpo de Vicente para ganar los duelos al choque. Ante el Mirandés vimos como simplemente con ser correcto en el esquema defensivo tapaba suficiente para no sufrir, dejando mayor responsabilidad a Pepelu. Pablo se dedicó a ser el comodín que aprovecha un rechace tras una disputa en mediocampo.
No estuvo acertado en el balón parado, en teoría su principal fuerte como futbolista. Dispuso del penalti que falló con un mal disparo raso, flojo y más centrado que ladeado. Por suerte el penalti pudo repetirse y Joni convirtió la pena máxima.
Queda la práctica
La teoría está muy bien, pero hay que ponerlo en práctica durante los partidos. Pablo ha jugado 189 minutos y hasta el duelo ante el Racing parecía desnortado con la situación. No se le recuerdan minutos de calidad hasta el momento, sí de aprobado y de personalidad.
Queda claro que salvo una mejora exponencial del centrocampista ocupa un hueco al que accederá Campaña una vez se haya recuperado. Además sus 2 últimas buenas actuaciones deben reafirmarse ante equipos más potentes de la categoría. Ese será el momento de la verdad para analizar si este rendimiento ha sido un espejismo o por fin Pablo Martínez comienza a despuntar.
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