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Bruno, la solución a la emergencia

  • Foto del escritor: Pablo Martínez Belmonte
    Pablo Martínez Belmonte
  • 4 jul 2020
  • 4 Min. de lectura

Bruno ya avisó, y quien avisa no es traidor. En su presentación dio la clave, no andó con chiquitas. Más allá de darse a conocer para una afición para la que era totalmente desconocido, para su nuevo cuerpo técnico y compañeros, en vez de contarnos su edad, su color favorito o cuantos hermanos tiene como se suele hacer en el colegio, antes de ni siquiera compartir vestuario con cualquiera ya dijo que su presencia sería pasajera, que en Estados Unidos buscaría terminar su carrera, venía solo como intercambio de Cabaco para facilitar las cosas al Getafe que tanto le había dado y no dejar en pelotas al Levante por quedarse con 2 centrales y medio.


El 30 de enero el Levante oficializaba el fichaje de Bruno como parte de un acuerdo llegado con el Getafe, entrando como parte de la operación Cabaco. Llegaba habiendo jugado solo dos partidos completos, pero vaya que dos partidos, en la primera jornada ante el Atlético de Madrid y otras más tardes ante el Barça. Vino a coste cero tras firmar la carta de libertad para los próximos 6 meses lo que le daba la oportunidad de negociar con quien quisiera durante su estancia en Orriols.


En ningún caso se le apodó como el central de jerarquía, ese ser que cuenta la leyenda que algún día descenderá de los cielos para capitanear la defensa granota. La sensación era que llegaba incluso como 4º central, dándole más cancha a Duarte. Todo eran bajas y pobres expectativas. La realidad fue mucho más diferente, con el castigo a Vezo Paco le dio la oportunidad de demostrar que su calidad todavía optaba por un nivel mayor al de la Soccer League americana, eso si, huevazos los de Paco echándolo a la guerra nada menos que contra el Madrid. Así casi sin quererlo, Bruno debutaba con el Levante contra el líder en Orriols, lo que le llevaba a haber jugado solo 3 partidos ante el Atlético, Barça y Madrid.


En la grada la conmoción era alta, debutaba un chaval al que nos lo habían vendido como un central más interesado en aprender inglés que en salvar la categoría. Su partido fue esplendido, de los mejores debuts que hemos disfrutado en muchos años con el Levante. Un equipo que en 16 jornadas mantuvo solo en una ocasión la portería a cero, consiguió la misma hazaña ante el todoporderoso Madrid. Las portados se las agenció Morales, pero la sorpresa nos la llevamos con el increíble nivel de Bruno. No había llegado para dejarse llevar.


Después de la euforia llegó la crítica: ¡Cuidado con Bruno! Los periodistas ahogaron la fiesta argumentando que quizás el jugador vendría con ganas de apagar esos comentarios de jugador florero y que mejor que ante el Madrid con tu afición delante. Y eso es lo que pasó, si su debut fue todo un espectáculo, el partido ante el Eibar le salió como una antítesis regalando el 2-0. A pesar de ello, la suerte corrió de su lado. La vuelta de Vezo coincidió con una lesión más de Postigo, manteniendo a Bruno como pareja de Vezo. Con la lupa puesta en Vezo poco se miró su partido, un 1-1 en que la fragilidad defensiva volvió a ser la puntilla. Tras el confinamiento, el plan de Paco se basó en turnar en cada partido a Postigo y Bruno. Jamás volvió a ser el de su debut, pero tampoco se le puede decir que viniera de vacaciones pagadas al club. Correcto pero sin más.


En total ha acabado jugando alrededor de 456 minutos repartidos en 6 partidos, en los cuales 5 fue titular y mantuvo la portería a cero en una ocasión, recibiendo 6 goles. Todo esto sin recibir ninguna tarjeta amarilla. El primer día de julio el contrato espiró, Bruno lo tenía hecho con un equipo de USA, pero la situación sanitaria de América no seduce mucho por los estragos que causa el COVID-19. Por eso, Levante y jugador decidieron negociar una continuidad mínima para las 6 jornadas que restaban. El objetivo del Levante era incluso ofrecerle algún año más dentro del equipo a lo que Bruno aceptaría solo a cambio de 2 millones, todo un pastizal para el equipo buscando cobrar más que Aitor, Bardhi, Morales siendo todo un emblema... Nada viable y muy poco razonable.


El 1 de julio no se publicó nada debido a que seguían negociando, pero entre ayer 3 y hoy 4 se oficializó el fracaso de las negociaciones y que Bruno pasaba a ser agente libre. Bruno se va dejando dos caras, la primera de haber dado realmente su máximo dentro del campo, siendo un central correcto para lo que el Levante buscaba, en ningún momento mostrando un empeoramiento respecto a rendimiento de Cabaco. Por otro lado se va transmitiendo que su mente estaba puesta en todo momento en el dinero, ese pastizal que recibiría para pagarse su vidorra del sueño americano, además de patentar su cabezonería de que realmente el solo fichaba por 6 meses para irse a cobrar más, a pesar de que acabará recalando en otro equipo de La Liga española que acepte pagar el sueldazo Nescafé que pide.


Todos estamos de acuerdo en que se marcha un jugador cumplidor que ha superado las expectativas sin llegar a ser una estrella ni de lejos, aún así le deseamos que allá donde vaya consiga mostrar ese nivel de rendimiento futbolístico de demostró ante el Madrid, siempre que no influya negativamente al Levante U.D..


 
 
 

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