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El fútbol se viste de etiqueta, juegan el Eibar y el Levante

  • Foto del escritor: Pablo Martínez Belmonte
    Pablo Martínez Belmonte
  • 28 feb 2020
  • 3 Min. de lectura

Ni el polvo ni la contaminación de los incendios de la desgracia del derrumbamiento del vertedero de Zaldibar podían impedir una de las mayores fiestas del fútbol español, uno de esos partidos sinónimos de espectáculo hasta el final, lleno de historia no siempre en primera, entre dos equipos forjados en barro gozando en el Olimpo de los dioses con los más grandes compitiendo de tu a tu. Mañana hay un Eibar-Levante, o lo que es lo mismo, goles a mansalva.


Hay rivalidades toscas de verdaderos golpes, equipos que compiten por territorios, otros por ser los más grandes entre los grandes... Entre los granotas y los armeros es una batalla por meter más goles, ir siempre a por más para conseguir la diferencia más inalcanzable, pero lo más curioso es que ese objetivo no cae a beneficio de nadie desde 2016.


Con el debut del pequeño pueblo de Ipurua en primera división volvió una rivalidad sana nacida en segunda división, su estreno en la máxima categoría no podía ser otro que un espectacular 3-3 con un gol de Piovacari en el último minuto, la destitución del ahora entrandor del Eibar pero antes del Levante Mendilibar, el primer gol de Morales con la camiseta blaugrana ante su ex equipo a los 2 minutos cuando en su etapa como armero nunca jamás consiguió marcar en ese estadio... El Levante ese día marco 3 de los 14 goles que haría ese año fuera de casa, nada menos que el 21,42%.


El año siguiente sería el fatídico año de Alcaraz y Rubi donde descendimos sin honor. El partido en tierras vascas no podía ser otro que un 2-0, un Levante que fuera de casa consiguió solo 6 puntos.


Después de un año entre las sombras, los gritos y los sollozos de la segunda división, volvimos a Eibar ante un equipo consolidado en la categoría para ofrecer otro espectáculo futbolístico a las ordenes de Muñiz. El 29/10/17 Morales no faltaba a su habitual visita con La ley del ex y Bardhi marcaba otro más antes de empezar su castigo por los banquillos, en dos minutos el marcador fue de 0-2. Después de un buen rearme del Eibar empataron el partido con un golazo de Arbilla de falta de esos que tocan larguero, botan y entran por la escuadra.


Finalmente llegó el partido loco, aquel que puso al descubierto lo mejor y lo peor de como entiende el fútbol Paco López. Todos recordamos la montaña rusa de emociones, comenzando por la decepción de ver como empiezas perdiendo, entre las lágrimas dislumbrar el empate de Morales a la siguiente jugada, la alegría con la remontada con el primer gol de Rober Pier en primera división, los vergonzosos 8 minutos de la segunda parte del huracán armero destrozando al Levante con 3 goles pasando del 1-2 al 4-2, y finalmente soñar con el gol de Toño y alucinar con el empate de Mayoral en el último minuto para los que aún no habíamos destrozado la tele a puñetazos. Esta vez le tocó al Levante ir a la épica.


Es una delicia de partido para el espectador, embarronado por el 0-0 de la ida, pero puesto a la 1del mediodía como reclamo al horario internacional. Al final resultará que La LIga no vende tan mal el espectáculo.


A pesar de los buenos ratos en este estadio, todavía no hemos conseguido que sea el mejor sabor que da el fútbol con una victoria. Es uno de esos tres campos malditos para el Levante habiendo coincidido más de 15 veces en la categoría de oro o plata, y aún a pesar de esto, no es un campo del que hayamos salido escaldados siendo el resultado final obtenido más veces un empate. Ya es hora de provocar un terremoto para decidir casi adiós a una pelea por la permanencia.


 
 
 

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