Levante 1-2 Athletic Club. Tornaran barres blaugranes
- Pablo Martínez Belmonte
- 5 mar 2021
- 3 Min. de lectura
"De llorar por el descenso a la categoría de bronce, a hundirse por caer en la prórroga de unas semifinales de Copa del Rey". Es el mensaje de moda, una importante reflexión tras la dolorosa eliminación del Levante en los últimos minutos de un partido prolongado hasta los 120 minutos. Hoy amaneció la capital de Valencia con el cielo gris y las calles llenas de sentimiento granota, con la unión de miles de compañeros, no unidos por sangre pero si por el orgullo de compartir afición por un equipo que jamás deja de aflorar un árbol de sus cenizas.
El final del sueño no pudo ser más cruel. Tras aguantar las constantes embestidas del Athletic Club el azar premió la constancia del juego de ataque vasco. Tuvo que ser cuando menos aparentaba, un remate sin apenas peligro tocaba en Nikola, golpeaba en el palo desviando la trayectoria dentro de la portería de Aitor. El Levante intentó la reacción, sin suerte las lágrimas hacían acto de presencia en los rostros levantinistas.
No pudo comenzar mejor. Roger marcaba tras asistencia de Rochina. No aumentaba la ventaja granota en el cómputo global, pero sí evitaba prisas en caso de un contrapié. No tardó en llegar, Iñaki Williams dejó en bandeja el empate a Raúl García y Balenziaga, aunque inservible puesto que Duarte agarraba de Raúl García provocando el penalti, Aitor estuvo apunto de despejar la pena máxima. Morales por un lado, Munuaín por otro tuvieron las más claras del partido. En la segunda parte se perdió fuelle y llegó la prórroga. El resto ya lo sabemos.
Del larguero de Ballesteros al palo de Núñez. Dos jugadas paralelas que entran en la historia oscura del Levante. La suerte dio la espalda a los de Paco, un despeje al palo del central bilbaíno que pudo cambiarlo todo. Uno entró y el otro no, es una trágica forma de describir lo que es ser del Levante.
A caras largas la mirada bien alta. El aficionado levantinista puede estar orgullo y dormir tranquilo, su escudo y todos los valores que representa están bien cuidados por unos jugadores que jamás perdieron la fe. Tuvo que ser un penalti y un rebote los que hicieran hincar rodilla al Levante. Aún con el 1-2 los jugadores sudaron sangre para intentar remontar el partido con solo 8 minutos por delante.
Al equipo le faltaron energías, o al menos igualar las del Athletic. La sensación daba entender que por momentos la situación superaba al equipo. No fue el mejor día, aún así vimos al mejor Clerc, al mejor Rochina en defensa, Duarte reafirmando su gran estado de forma, Roger casado con el gol, Morales dando otro despliegue de carácter, De Frutos muriendo por cada balón de la prórroga con 15 kilómetros en cada pierna... Al Levante le faltó algo, pero no fue actitud. Las bajas de Radoja, Melero y Campaña son mucha losa.
"Jugaremos más semifinales, jugaremos finales. Lo tengo clarísimo. En 111 años de historia el Levante nunca había estado tan alto, y es gracias a estos jugadores" Lo dice Quico. El presidente quiso animar la moral del equipo en la sesión de recuperación "Lo hemos hecho bien, pero hay otra competición donde también lo estamos haciendo tremendamente bien que es La Liga" Y tiene razón. Con la permanencia todavía por conseguir toca mirar el campeonato liguero. Con las fuerzas justas el Levante mira Anoeta, aunque nuestra mente ya mira el próximo viernes. El derbi de la ciudad de Valencia asoma por el retrovisor.
De todo corazón ¡Gracias Levante! Morimos y resucitamos, siempre a tu lado.
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