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Mucho honor a este equipo

  • Foto del escritor: Pablo Martínez Belmonte
    Pablo Martínez Belmonte
  • 7 jul 2020
  • 4 Min. de lectura

Es algo magnífico, la grandeza de los pequeños, aquellos que mejor saben apreciar los pequeños y los no tan pequeños detalles que te deja el fútbol. Nunca hemos sido una afición exigente y ni mucho menos una que se agobie por conseguir metas solo alcanzables para quienes más músculo económico gozan es sus pompa irreal, por eso cuando el destino es capaz de juntar a unos de los entrenadores con mejor plan de juego del fútbol español y las botas de auténticos magos de ciencia de ficción, te salen partidos tan espectaculares en juego como el que ayer hizo el Levante, pasando durante el último cuarto de hora de la primera parte y toda la segunda parte por encima de un absoluto equipazo como es la Real Sociedad.


A pesar de la introducción tan alagadora, el partido no pasó del empate por fuerzas ajenas a la calidad indiscutible que derrocha el equipo de Paco López. Acabó con empate a 1 con el gol de Isak y la respuesta de "El nuevo comandante" en un partido muy desigual en juego, en donde en el minuto 54 Alguacil tuvo que dar dos pasos atrás al equipo debido a la superioridad del planteamiento de Paco. La Real atacó como ya nos es de costumbre en todos los equipos cuando nos juegan, en centrar hasta desgastar el aire. Todo un acierto porqué así llegó el golazo de Isak con un recurso de escuela perfecto al que Aitor casi bloca. Por otro lado, la idea de Paco fue exagerada, como entrar a un banco con una metralleta, el Levante sin esconderse cogía el balón en el medio campo en busca de dejar solo a nuestros delanteros con pases de 40 metros. El mejor hombre paro eso era Morales, y así fue que marcó su 4º tanto de la temporada 4 minutos después del golpe de Isak. En 16 minutos los ataques habían confirmado el acierto del planteamiento por ambos.


Hasta el cooling break la Real parecía mejor, pero un partidazo de Vezo y Postigo sellaron todos los caminos una vez más, como acabarían haciendo durante todo el encuentro. A pesar de eso los laterales volvieron a fallar, provocando el gol y la única ocasión en todo el partido que envió Portu a las nubes cuando estaba solo ante Aitor. Después del parón el Levante renació, el balón empezó a salir jugado en los pies de Vukcevik y Radoja, más liberados gracias a un mal posicionamiento táctico de Aguacil centrando en defender a Campaña. Los balcánicos cogieron los galones para subir el balón, una pena las botas de Mayoral estuvieran hechas de mantequilla.


Con la apuesta de 5 centrales y la salida de Odegaar, el centro de campo quedó a merced del Levante, saliendo de la presión con una calidad maravillosa con el trío de Vukcevik, Radoja y Campaña, más liberado. La Real lo intentó a base de buscar la genialidad de Isak, pero más que una falta al borde del área el peligro total era granota. Se intentó de todas formas, Melero en el área pequeña estrellaba el balón en Moyá, Campaña cabeceaba liberado de marca fuera, la falta al borde del área del mago también se marchó sin tocar la portería, el inesperado voleón de Clerc que todos vimos dentro y resultó ser escopeta de feria, y claro está, el penalti tan vergonzoso que los árbitros se negaron a ver. Al final un punto insuficiente que nos aleja más de Europa.


El punto no hizo justicia, realmente nadie impartió justicia, ni siquiera el encargado de hacerlo. Hay tres acciones importantes que condenaron injustamente al Levante: el codazo en la cara de Portu previa al gol de Isak, la segunda tarjeta amarilla perdonada a Elustondo de forma incomprensible y las manos señaladas a un jugador del Levante en el saque de un córner, que en la repetición se pudo ver claramente como fue al sueco de la Real quien le rebota el balón en la mano, y estos no fueron todos los que hubo. Para mí, el mayor robo que nos han hecho en estos 3 años de vuelta a primera. Suerte tuvo Valentín y el señor del VAR de que sus errores jamás pasarán factura.


A pesar de eso, hay que mirar al equipo, hay que disfrutar de su calidad. Ayer funcionó por primera vez la dupla Vukcevik-Radoja en toda la temporada, haciendo mala la presión de la Real e ineficiente el acoso a Campaña, ya que al Levante no le hizo falta para crear peligro, además la entrada de Melero mejoró el medio campo fatigado. Morales volvió a mojar, un partido hecho a su medida con la defensa adelantada y con un aliado como Rochina experto en las distancias largas crearon el segundo gol y la segunda asistencia de ambos. La otra dupla del momento está en Vezo y Postigo, anulando del partido en casi todo momento a Oyarzabal, Portu, Odegaart y obligando a sacar a Isak todas sus virtudes al máximo nivel para crear daño.


Partido completo salvo por los tres puntos, muchos coincidiremos en que si alguien mereció la victoria fue el decano del fútbol valenciano. Todos hemos visto las imágenes, todos menos quienes más deberían de haberlas visto en su momento. Lo único que privó al Levante de la victoria fue el poco acierto y las injustas decisiones arbitrales. Si alguien quiere discutir que por ocasiones el empate sería lo justo solo hay que decirle que el tanto de la Real es ilegal, aplicando las normas solo el Levante pudo meter el balón en la portería, . A pesar de eso, el partido de ayer es mérito del juego que ha inculcado Paco a personas tan bastas como Vukcevik y Radoja, de la explosividad de Morales y la solidez defensiva de los centrales.


Este equipo mola, objetivo cumplido, salvación holgada en el bolsillo. Este equipo solo busca su techo. Una pena que resulte ser los árbitros y no un rival que merezca el honor.



 
 
 

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