Sin margen para la sorpresa en Son Moix
- Pablo Martínez Belmonte
- 10 jul 2020
- 4 Min. de lectura
Antes del partido el aficionado granota debía coger conciencia de las condiciones en que llegaban ambos equipo. El Mallorca saldría con su mejores cartas y la ambición de un superheroe, descansado, en casa, todo a favor. Por otro lado llegaba el Levante, desgastado físicamente, descolgado por soñar con algo grande a lo que ya resulta matemáticamente imposible. No hacía falta ser un genio para presagiar que el Mallorca acabaría ganando el partido, era algo asumido, algo que por la comodidad del colchón de puntos no era más que una anécdota de la temporada, un encuentro en donde lo único que se le podía pedir al equipo era salir lo menos dañado posible e intentar evitar hacer el ridículo. En fin, dar la cara ante la complicada papeleta que le tocaba jugar al Levante.
A pobres expectativas resulta más fácil romper cualquier quiniela para bien, pelear el partido hasta el final habría sido un logro al que el levantinismo aplaudiría y se sentiría contento por su equipo. Hasta cierto punto fue lo que pasó, pues hasta los últimos 10 minutos el Mallorca no sentenció el choque, pero Levante, hay maneras y formas de dejar escapar los puntos. Hay maneras como las del día de Villarreal, un partido fulminado por el increíble acierto y poderío del submarino amarillo en ataque, y luego está la actitud defensiva en el segundo gol del Mallorca, hasta de 4 rechaces dentro del área gozaron los vermellones con 7 granotas defendiendo en la linea de la portería. La cara de Aitor lo decía todo.
El Levante ya empezó mal nada más salió al campo, de nuevo con la camiseta gris en vez de debutar con la blanquiazul, desaparecida en combate. Deportivamente no compareció hasta que el Mallorca no golpeó primero, solo una cabalgada del viejo Morales y un remate de Coke que golpeó en un rival crearon peligró con el partido empatado. Sin embargo los locales ya avisaban, en 19 minutos remataron lo mismo que el Levante en toda la primera parte. La primera que cogió portería acabó dentro, después de unos cuantos sustos se hacía justicia en el marcador. A partir de ahí, la táctica de los locales fue defender y esperar, a priori una mala decisión ante uno de los equipos con más gol de la Primera División como es el Levante, la realidad es que les salió de fábula pues los granotas no fueron capaces ni de rematar a portería en todo el partido.
A pesar del pobre datos de remates a portería, ocasiones no faltaron para empatar, aunque más que remates se convirtieron en tiros al blanco. Primero Coke antes del gol remataba a bocajarro golpeando en un defensa, al salir de las casetas Bardhi le copiaba la acción al madrileño y ya por el final Rochina se llevó el bonus por golpear en dos defensas antes de llegar el balón sin fuerzas justo a las manos de Reina. Los cambios fueron la frescura que el Levante necesitó, con la entrada del Ronaldinho guapo y la zurda sublime llegaron las dos ocasiones más claras. Primero un centro de Hernani lo remataba Roger en el punto de penalti convirtiendola en una ensaimada típica del archipielago balear, más tarde con el partido ya sentenciado Rochina sorprendía a Manolo Reina con un tiro desde Burjassot que acabó rozando el palo derecho.
¿La derrota podría decirse como justa? Pues es imposible ganar un partido en que has sido incapaz de tirar un balón entre los tres palos, más vergonzoso todavía cuando enfrente tenías al equipo más goleado de la categoría. El Mallorca ganó haciendo su partido, usó lo poco que tenía a las mil maravillas. Son muy significativas las tres ocasiones que acaban rechazando los defensas antes de tocar portería de la intensidad en defensa. Por otro lado es la historia de siempre, cuando Coke parece estar jugando un partido decente llega la pifia en defensa que te cuesta empezar el partido perdiendo. Ayer lo peor del Levante fue nuevamente la actitud defensiva, a la que aún habría que darle las gracias a otro buen partido de Vezo y de Aitor. De Rober aún podrías esperar un bajón de rendimiento, primera titularidad desde Girona, pero lo de los laterales ya cansa.
La actitud en el 2-0 nos dolió a todos, el cachondeó de un Mallorca jugando en modo principiante se hizo patente en las redes sociales. A pesar de eso y del mal partido, el Levante pudo puntuar hasta casi el final del partido con una actitud de un equipo en vacaciones en que la mitad de los pilares fundamentales en los esquemas de juego de Paco no saben que camiseta vestirán el año que viene. Habla mal en el tema psicológico del equipo, pero también demuestra la gran superioridad de los jugadores que en una situación un poco más justa con los tiempos de descanso equitativos y con algún objetivo en juego, otro gallo hubiera cantado. No veo justo matar a nadie o meter el dedo en la llaga más de lo que está, más nos dolió jugar de nuevo con el pijama feo de Macron.
Quedan 3 partidos, todos contra rivales con aspiraciones por cumplir y con el Levante en tierra de nadie y con orgullo sigo diciendo: "bendita tierra de nadie"
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