El premio del liderato es sólo la punta del iceberg, a día de hoy un regalo, una obra de la naturaleza y casi siempre un símbolo de esperanza, pero en el pensamiento del levantinista hay más, hay ganas de sábado.
Nos lo quitaron todo, incluso por momentos parecía que el fútbol (si lo que construyeron Calleja y Felipe se podía llamar fútbol) nos daba la espalda, la desazón del aburrimiento y la desesperación. Todo eso ahora la ilusión que provoca un rubio de metro y noventa. Tenía el objetivo de convencer a sus jugadores y se le ha ido de las manos, nos tiene a todos los granotas viviendo de su mano.
Elda gritó “Así gana el Levante”. Sí, así gana el Levante, sin gilipolleces, siendo más inteligente que el rival, jugando mejor al fútbol. Si recibimos un golpe duele en el pecho, pero es sólo un moratón. Sea impopular meter una copla del Real Madrid, pero su fortaleza mental en Champions es la que lleva demostrando el Levante este inicio de temporada. Siempre competitivo en cualquier escenario.
Esto acaba de empezar y lo que veo es un gran equipo de fútbol que con virtudes y debilidades cree en sacar la temporada adelante. No siento presión cuando veo los partidos, sólo disfruto de las alegrías y de las decepciones, porqué hasta ahora las decepciones suenan a energías renovadas. Nos vemos entre los mejores y sienta de puta madre.
El fútbol es el fútbol, imposible saber que será del Levante a final de temporada. Tampoco miramos más allá del mercado de invierno. Calero ha revalorizado a todos los jugadores de la plantilla, a algunos multiplicado. Un arma de doble filo. Más intereses, más dinero y puede que pérdida de pesos pesados, menguando las capacidades del equipo. Tengo miedo a una salida de Kocho, Carlos, Espí… pero por encima de todo la cláusula que me interesa es la de Calero.
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