Cheick Doukouré es uno de los varios jugadores que terminan contra el 30 de junio en el Levante. Desde hace tiempo se conoce el desinterés del la dirección deportiva por renovar al costamarfileño tras 4 años donde ha defendido la elástica granota, una época con más pena que gloria, de más a menos que finalmente acabó descuadrado de los esquemas de Paco López.
El jugador llegaba como el primer refuerzo del Levante para su retorno a la primera división. Su papel en el Metz francés fue suficiente para apostar por él. Se le firmó para sostener el centro del campo en el aspecto defensivo, aunque llamaba la atención como el propio jugador catalogaba su posición de un mediapunta de contención.
Su aportación fue siempre muy irregular. El primer año apenas fue importante en las fases en que el equipo conseguía los puntos. En la jornada 28 decía adiós a la temporada por una lesión de rodilla. Marcó 2 goles, uno en Las Palmas para dar la única victoria del equipo en 21 jornadas, y el otro para adelantar al Levante en la eliminatoria de dieciseisavos ante el Girona. Por números y minutos la primera fue la temporada con mayor rendimiento.
En su segunda campaña (18/19) jugó 1.000 minutos menos, también marcado por las lesiones. Esta vez tuvo que apartarse del equipo en la jornada 26 por una rotura de ligamentos en aquella famosa jugada que supuso el inexiste penalti a favor del Real Madrid sobre Casemiro. Solo jugó 1 partido completo en liga en todo el año en la derrota en Mendizorroza ante el Alavés (2-0).
Enseguida fue el primer descarte de Paco López para su segunda temporada completa al frente del equipo. El Huesca apostó por sus servicios para intentar volver a la primera división. La mala suerte seguía acompañando al jugador que recayó de su rotura de los ligamentos a los pocos partidos de volver. No debutó hasta la jornada 32, aportó fútbol tan solo en 4 partidos, aunque la suma de minutos no alcanzaba un partido completo. Aun así Cheick consiguió el ascenso directo a la máxima categoría del fútbol español tras vencer al Numancia (3-0).
Su grave lesión hacía imposible conseguir un traspaso por el jugador. Se recuperó en la ciudad deportiva de Bunyol y finalmente consiguió sentirse jugador el 3 de marzo en el partido ante la Real Sociedad. La presencia del jugador fue un parche para completar la rotación ante la plaga de lesiones que acompañó al equipo toda la temporada. En total tuvo 7 apariciones.
Un jugador muy castigado por la mala suerte en forma de problemas físicos. En pocos tramos tuvo la oportunidad de demostrar su juego y aquellas actuaciones no fueron alentadoras. Con todo eso el cuerpo técnico lo ha considerado siempre un compañero ejemplar y muy profesional, al que a pesar de no tener la confianza deportiva jamás ha sido tema de discuta y siempre un apoyo emocional para sus compañeros. Por todo ello, el levantinismo desea un futuro lleno de luz al campeón de la Copa de África en 2015.
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