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El 1x1 de la temporada. Las lesiones cortaron las progresiones.

Foto del escritor: Pablo Martínez BelmontePablo Martínez Belmonte

El final de la temporada deja un sabor amargo lleno de momentos históricos y otros que nos han hecho sentir vergüenza ajena a los aficionados. En menos de 3 meses el Levante consiguió 27 de los 41 puntos y rozar con la punta de los dedos el pase a la segunda final de nuestra historia, en ese tiempo el Levante derrotaba al Real Madrid en Valdebebas y sería el único equipo que lograría sacar una victoria en el Wanda ante el que sería más tarde el campeón de liga. No obstante, también sería el mismo que no conseguiría ninguna victoria ante rivales más asequibles como Alavés, Elche, Huesca y Valladolid, o encadenaría dos rachas (una vigente) de 8 partidos consecutivos sin ganar desperdiciando un 9º puesto hasta descender al 14º. Con todo ello toca analizar a los verdaderos protagonistas.


A inicio del mercado de fichajes se anunciaba la contratación de Mickael Malsa para reforzar el apartado defensivo en el mediocampo. Con la nueva incorporación el club llegó a sumar hasta 6 jugadores para 1 sola posición. El puesto fue rotando en base a la necesidad y el estado de forma. En la misma temporada hemos llegado a afirmar en diferentes fases que Malsa, Vukcevik y Radoja eran los mejores jugadores del equipo. Incluso Rochina y Rober Pier pudieron brillar en esta posición, lo que nos da a entender el gran papel que puede llegar a desarrollar los medios defensivos en el esquema del Levante.


Al final el club se quedó con 4: Malsa, Vukcevik, Radoja y Doukouré porqué no quedaba otra. Un jugador más si consideramos la doble función que hace Rober Pier. El que más tiempo estuvo en el verde fue el mauritanio Malsa, más de 1200 minutos que su perseguidor con un total de 2465, siendo el 5º jugador más utilizado esta temporada. Muy de más a menos, lo llegamos a apodar el Kante de los pobres. Sus mejores minutos llegaron acompañado de la dupla con Vukcevik gracias a que le absolvía de ser el encargado de sacar el balón jugado.


A diferencia que a lo que nos tenían acostumbrados el resto en su posición, Malsa solo vio 5 cartulinas amarillas, lo que demuestra su limpieza para las disputas. Su presión alta supuso varios goles tanto suyos como de sus compañeros. Es un especialista en la presión individual a los hombres más habilidosos. Con Radoja y Vukcevik lesionados le tocó dar un paso adelante, adoptó la responsabilidad de conectar el juego entre la defensa y el ataque. No salió bien y su rendimiento se dejó llevar con el bajón del equipo. En su palmarés cuenta con 2 goles y 2 porterías a cero.


Como hemos dicho, su mejor aliado era el montenegrino. Malsa y Vukcevik formaban una dupla muy positiva que combinaba la mejoría defensiva con los aspectos mínimos para llevar la pelota a tres cuartos de campo. Por desgracia la historia de las lesiones de Vukcevik se repetía una y otra vez, como viene siendo la tónica de los últimos 3 años. Acabó con 847 minutos y castigado por los problemas físicos que le obligaron a perderse 23 jornadas, más de la mitad de la temporada.


El montenegrino es el que mejor rendimiento da cuando a su máximo nivel, el problema es que apenas juega 3 partidos seguidos. No sabemos hasta cuando durará la paciencia con el jugador, siempre llega lesionado de los parones de selecciones. Apenas 1 portería imbatida y un larguero ante el Madrid.


Radoja pasó de estar a un "sí" de Peter Lim de jugar en el Valencia a ser el cemento del equipo. Era el descarte fijo, incluso cuando Vukcevik no estaba. Escogido como el elegido para hacer caja en invierno, el Valencia lo tenía hecho pero el Levante se negó a regalarlo sin una compensación económica. Del 29 de enero de 2020 al 17 de febrero Radoja jugó 1054 minutos, lo que viene a ser 2 partidos enteros a la semana a excepción de la primera parte ante el Fuenlabrada y la segunda del Atlético de Madrid donde cayó lesionado. Una salvajada de derroche físico que solo pudo acabar con el jugador entre algodones durante el resto de la temporada.


Completó 2 asistencias, ninguna portería imbatida y el respeto del aficionado granota al ver como aguantó 60 días disputando casi la totalidad de los 14 partidos cuando estaba más fuera que dentro del equipo.


Por último el principal motivo de alegría este año en esta posición. Doukouré superó su segunda rotura de ligamentos que lo había dejando casi 2 años sin poder jugar desde la patada fantasma a Casemiro en El Ciutat. Su vuelta a los terrenos de juego llegó en Anoeta para disputar los últimos 25 minutos. En total fueron 115 repartidos en 7 partidos para despedir su etapa defendiendo la elástica blaugrana.

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